lunes, 23 de agosto de 2010

Zamora-Sobradilla de Palomares-Zamora

-Recorrido: Zamora-Sobradilla de Palomares-Zamora

-Km: 43,90

-Tiempo: 01:39:26

-Vel. media: 24,98

-Puls. medias: 152

-Puls. máximas: 176

-Kcal: 920


Hoy tenía pensado hacer 00:30:00 de carrera a pie o 1.200 metros nadando, pero, entre unas cosas y otras, mi padre me lió para hacer una ruta de 50,00 kilómetros. Por problemas con el agua (más adelante los veréis), nos tuvimos que dar la vuelta antes.
Salimos de casa casi a las 19:10: mi padre con la BH Contour 6.4 y yo con mis ruedas finas (pero con todo el resto de la de montaña, llevo desde hace unas dos semanas con las ruedas finas). El aire nos iba dando de "pu... culo", es decir, un poco de culo y de costado. Mi padre se ponía en el arcén y yo me pegaba a su rueda, como si estuviéramos haciendo un abanico. Cada vez nos daba más el aire de cara y menos de costado, hasta que llegó un momento en el que, prácticamente, nos daba de cara. Una vez, por curiosidad, se me ocurrió mirar al lugar donde llevo la botella, y cuál es mi sorpresa cuando miro y no está. Miro al cuadro de mi padre, preocupado, y tampoco la tenía. Me di cuenta de que las habíamos estado llenando en la cochera. "Papá, ¿qué hiciste con las botellas?" le pregunté a mi padre. "Pues las rellené. ¿Qué pasa?" "Mira a tu portabidones". Pensamos en darnos la vuelta, pero cualquiera volvía con el viento que ha hecho hoy en Zamora. Paramos en Pueblica de Campeán a preguntar si había algún caño. Pero, o los pueblos de Zamora son demasiado modernos o en los pueblos ya no hacen caños, porque no encontramos ni en Pueblica ni en Villalazán. Una de las señoras que estaban allí sentadas (había muchos allí sentados), nos llevó hasta la puerta de su casa y nos dio un baso bien grande de agua (se lo agradezco en el alma). Luego, seguimos hasta Sobradilla y nos damos la vuelta. Paramos en Villalazán para beber agua. Mi padre, ya que habíamos parado, llamó a casa para decirle a mi hermano, que quería ir a jugar al fútbol, que en unos 20 minutos estábamos allí. El agua sabía a metal, pero, por lo menos, estaba fresca. Por fin, desde que nos dimos la vuelta, el aire ya soplaba más de culo. Volvimos a Zamora, nos metimos por una calle para evitar bajar la media... Y nos volvió a dar el aire de cara. ¿¡Pero ésto es posible!?. Luego, a jugar con mi hermano al fútbol (bueno, yo más bien miraba, lo de jugar lo hacía mi padre, yo futbolista poco, yo atleta y ciclista).

No hay comentarios:

Publicar un comentario