sábado, 23 de marzo de 2013

Zamora-Fuentesaúco-El Cubo-Zamora

-Recorrido: Zamora-Fuentesaúco-El Cubo-Zamora

-Km: 90,06

-Tiempo: 3h36'01"

-Vel. media: 25,01

-Puls. medias: 139

-Kcal: 1771

Bueno, hoy he cambiado las zapatillas de correr por la bici. Habíamos quedado a las 9:00 en la rotonda de la Ciudad Deportiva de Zamora. Salimos Alberto, Pablo, mi padre y yo con la bici de carretera para sacarnos un poco los ojos (o más bien, sacármelos ellos a mí) y mojarnos... Aunque estábamos a la espera de ver de dónde exactamente venía el viento, Pablo había planteado irnos por Fuentesaúco, ir hacia El Cubo y vuelta a Zamora. Finalmente, como el viento venía del Sur, fue la ruta que decidimos hacer. Arrancamos despacio, pasando algunos semáforos de la ciudad antes de ponernos realmente a rodar. Ya fuera de Zamora y encaminados hacia Fuentesaúco, ponemos un ritmo majo. La primera subida fuerte vendría por la zona de Gema, una cuesta de casi tres kilómetros (2800 metros según el Garmin de mi padre, que fue el encargado de medirlo). Ya empiezo mal, y lo que me preocupaba es que lo peor aún no había llegado. El hecho de ser corredor me ha afectado a las cuestas. Nunca he sido un gran ciclista, más bien me catalogo de un cojo encima de una bici, pero en las subidas me solía defender. Aquí llegué atrás del todo, el último. Seguimos rodando hacia Fuentesaúco en grupo, con los piques de Pablo, mi padre y Alberto, que se pica con cualquier cosa que se mueva y le pase por un lado. Tras varios repechos y piques (llegando el último en todos) llegamos a Fuentesaúco. Hasta allí, el aire nos daría de cara. De Fuentesaúco a El Cubo, el aire debería darnos de costado. Seguimos rodando con el aire de lado hasta Villamos de los Escuderos. Allí paramos, comemos algo y seguimos rodando. Al poco, el aire nos cambia y da más de cara que de lado. "Esperemos que luego nos de a favor" era el comentario más oído. Antes de llegar a El Cubo nos empieza a llover y enseguida a granizar. ¡Cómo duele el granizo contra las piernas y la cara! Empapados, llegamos a Corrales. Nos deja de llover. Seguimos rodando y tras Valparaíso, me noto bien y me pongo a tirar. Íbamos fuertes (para mí, mucho), entre 45 y 50 km/h mateniéndolos. Ya cuando llegamos a una rotonda bajamos el ritmo. Ya volvemos rodando a buen ritmo, pero algo más suave, entre 35 y 40 km/h con aire a favor y algunos repechos. En este tramo creo que solo quité el plato una vez. Llegando a Morales vuelve a llover, más suave que antes, pero vuelve a llover. Ya entrando en Zamora la lluvia desaparece. Jod... podía haberse esperado al final. Entramos por el Puente de Piedra de Zamora, que ahora, al estar ya el Puente de los Poetas (el puente que han estado construyendo en Olivares y que, aunque corriendo ya he ido, en bici aún no lo he estrenado) este lo han dejado peatonal. Y qué bien se va sin coches por él. Allí, nos separamos. Pablo tiró para un lado y Alberto, mi padre y yo a otro. Alberto luego tiró hacia su casa y nosotros a bordear los casi tres kilómetros que faltaban para los 90. Bonita ruta.