miércoles, 16 de junio de 2010

Zamora-Bamba-Madridanos-Zamora


-Recorrido: Zamora-Bamba-Madridanos-Zamora

-Km: 32,33

-Tiempo: 1:48:38

-Vel. media: 17,85

-Vel. máxima: 39,92


Hoy no tenía nada claro que pudiera salir con los de Bicizamora por temas de tiempo (exámenes, estudiar, ejercicios de clase...) pero acabé antes de lo previsto y, como el viernes tengo otra carrera de atletismo, esta semana hay que tomársela tranquila y llegar allí con ganas de darse una paliza. Bueno, dejando a un lado el atletismo y mi tiempo, y vamos a centrarnos en lo que nos interesa, que es el ciclismo y las salids. Bueno, pues a las 19:00 horas salíamos del Puente de los Tres Árboles en dirección a Villaralbo. En la subida que hay en dicho puente me atranqué; eso fue un muy mal comienzo y yo ya tenía un poco miedo a estar solo acostumbrado al atletismo. Bueno, pues después de bajar las temidas escaleras (lo malo fue subirlas), nos ufimos por asfalto un rato hasta que llegó el camino. Fuimos relativamente tranquilos. Cuando llegábamos a más de 20 km/h, Molina se empeñaba en bajar para no dejar a los demás para atrás... En fin...
Después de esto, ha habido unos buenos ataques, en algunos, la iniciativa fue mía. Cabe destacar la que montamos David, mi padre y yo en una cuesta arriba. No sé quién me dijo que me quería atacar. Salí, por si acaso (como era cuesta arriba); David me pegó una pasada... Mi padre se quedó atrás. Llevaba más revoluciones que el gran ciclista Alberto Contador subiendo el Tourmalet (ahora sí que me pueden decir que me parezco a él, no como otras veces). Otra vez, mi padre se paró y atacamos David y yo (oye, que siempre estoy en todas las escapadas, no sé por qué). Debimos de sacarles a mi padre, a Juanjo y a Molina como un kilómetros. Nos marchamos, él se pegó a mi rueda y lo llevé entre 30/34 km/h todo el rato. A él prefiero no atacarlo en condiciones, porque me acelera y no puedo con él. Llegué a 180 pulsaciones según mi pulsómetro. También habría que destacar los sprints de Molina (para que luego me digas que no los pongo, ¿eh?). Cuando volvíamos a Zamora, atacó mi padre y David, Molina y yo nos marchamos a por él (cosa que hicimos en otra escapa que él hizo con anteriodidad). Cuando los cogí, me tocó bajar muchísimo el ritmo porque venía un coche. Después les volvía atacar, pero me cogieron y me pasaron... No volvimos a sprintar. Cuando llegamos al río Duero, cada uno para su casa.

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