domingo, 14 de abril de 2013

Zamora-Corrales del Vino-Zamora

-Recorrido: Zamora-Corrales del Vino-Zamora

-Km: 48,19

-Tiempo: 2h41'48"

-Vel. media: 17,90 km/h

-Vel. máxima: 41,90 km/h

-Puls. medias: 133

-Puls. máximas: 177

Hoy he vuelto a cambiar las zapatillas por la bici, pero esta vez he salido con la de montaña. Antes de esta han tocado otras dos alidas en bici, una el Jueves Santo y otra el pasado domingo. Hoy hemos ido con el grupo de Bicizamora de las 9:30 horas. Salimos de la gasolinera de siempre para poner dirección a Corrales, donde nos esperaba Luis. Fuimos rodando a buen ritmo, alternando trozos de asfalto durante los primeros kilómetros y tramos de caminos en el resto de la ruta hasta Corrales. Mientras íbamos rodando íbamos disfrutando del buen día que hacía hoy (ya era hora) y de lo bonito que estaba el campo.
En Corrales fuimos a buscar a Luis. Y se montó. No nos acláramos por dónde teníamos que ir, tuvimos que estar callejeando hasta dar con la puerta adecuada. Una vez que todo estuvo solucionado y Luis ya estaba incorporado al grupo, seguimos rodando. Salimos del pueblo ya en dirección a Zamora, con intención de volver por la Ruta de la Plata. Tras algún tramo de carretera, enganchamos con ella. Nos encontramos con varios peregrinos que iban haciendo el Camino de Santiago. Hubo una bajada en la que nos partimos, unos tiraron para delante, otros se quedaron atrás y yo, que no sabía con quién tirar, me decidí por hacer el descenso. Pero me tocó hacerlo solo, los que iban por delante me sacaban mucha distancia para recortársela. Disfruté muchísimo bajando, me veía suelto y no duré en arriesgar algo. Éso sí, me tocó clava el freno una vez, estuve a punto de salirme del camino meterme muy fuerte en un pequeño estrechamiento del camino. Tras pasar la tierra que  había (las famosas "playas"), vuelvo a dejar que la bici caiga ya hasta el final. Allí estaban algunos compañeros, además de Fernando y Portales, que venían de frente a nosotros. Mientras venían el resto estuvimos allí hablando con ellos. Resultó que a Paco le había picado un bicho cerca del ojo y a Ángel se le había salido la rueda, a los dos en el mismo momento. Cuando ya estuvimos todos, pusimos de nuevo rumbo a Zamora rodando. Ya en el Puente de Piedra cada uno tiró para su lado. No ha habido muchas cuestas, tan solo una algo larga  donde disfruté bastante y estuve a punto de caerme en una rodera.

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