jueves, 1 de abril de 2010

Zamora-Tardobispo-El Perdigón-Cazurra-Casaseca de las Chanas-Zamora


-Recorrido: Zamora-Tardobispo-El Perdigón-Cazurra-Casaseca de las Chanas-Zamora

-Km: 40,20


-Tiempo: 2:08:17

-Vel. media: 18.8

-Vel. máxima: más de 40 (no lo apunté)

Hoy íbamos a haber salido con Fernando Mesonero, pero, con el mal tiempo que tuvimos ayer, lo suspendimos. Pero no me he quedado sin salir en bici, ni mucho menos. He salido con los de Bicizamora. A las 9:30 salíamos de la gasolinera típica donde quedamos en dirección a Tardobispo. LLegó la primera cuesta arriba, y ¿qué fue lo que pasó? Salté y mi padre fue detrás de mi. Necesitaríamos "Fotofinish" para saber quién ganó. Llegamos arriba y nos encontramos con otros dos bicicleteros parados que iban a Miranda. A uno de ellos se le había roto el cambio, y cualquiera se va con piñón fijo hasta Miranda do Douro, en Portugal. Nos paramos todos los que íbamos para intentar ayudarles (Ramón, Molina, Adolfo, yo, mi padre, Luis, Emilio, Ángel), pero ninguno teníamos la patilla de cambio. Seguimos para adelante tan tranquilos. Cuando llegamos a El Perdigón, mi padre decía: "¿Estamos en Tardobispo o en El Perdigón?" Así un buen rato, hasta que le dijimos dónde estábamos. Luis pinchó y paramos todos a ayudarle. Había una cosa parecida a un pozo. Se acercó Emilio, miró para abajo y gritó: "¡Sebastián, sube una ración de rabas!". Os dejo una foto del pinchazo de Luis:
Seguimos, seguimos, y no pasaron muchas cosas, hasta que llegamos a una carretera que parecía más un camino que otra cosa, y era todo subida y bajada. Salimos Molina, Ramón y yo. Puntué en la primera subida (¿a que sí, Molina?), pero llegó la primera bajada, y se fastidió todo: se notaban los más de 20 kilos que me sacaban. Ellos bajando a "lo Perico", y yo, "a lo Perico", a lo "Indurain", y a lo todo ciclista, pero no había manera de cogerlos. Luego, en la última subida, empecé a oir algo. Me aparté pensando que era un coche, y resulta que era... ¡mi padre atacando! (como de costumbre cuando la carretera se empina, y demasiado que había tardado). No sé quién soltó en Tardobispo: "Ésta familia, todos son iguales". ¿Por qué sería?. Luego pillamos una hilera de charcos y barro. Me dijeron que qué atracción le tenía yo al agua. Me mojé los dos pies. Luego ya, pasamos por Moraleja y fuimos a Zamora, más concretamente a Viriato (a comer las aceitadas, un producto típico de Zamora en Semana Santa) por la carretera de Moraleja. Cuando llegamos a una rotonda, me acordé que, hace un año, pasé por esta misma carretera cuando me caí y acabé ingresado en la UVI de Salamanca con la bici de carretera de mi padre. Iba a rueda de Molina y de Ramón, y se iba de maravilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario