Pistas de atletismo

-Recorrido: Pistas de atletismo

-Km: 7,00

-Tiempo: 00:30:20

-Vel. media: 13.85

-Puls. medias: 171

-Puls. máximas: 193

-Kcal: 268

Después de haber estado dos días sin entrenar, hoy ya he podido bajar. Fuí a las 19:00 de la tarde a la Ciudad Deportiva. Estuve como 10 minutos esperando a Teo, pero, como no daba venido y hacía bastante frío, decidí ponerme a correr. Me puse en los números a estirar y me encuentro con Jaime, que acababa de salir del gimnasio. Mientras estiraba, me puse a hablar con él. Cuando se marchó, yo me puse a correr. Ha estado lloviendo todo el rato, pero, al final, la lluvia ya apenas se sentía. En la tercera vuelta tuve que pararme a colocarme bien las mallas, porque se me caían. Seguí, seguí, seguí, y me encuentro con Bernardo Cabañas (también compañero de fatigas y al que yo suelo llamar Cabañas) y con otro compañero, que no sé cómo se llama, pero que siempre que nos vemos, nos saludamos. Ellos estaban estirando y, cuando pasé, Bernardo me dijo: "¡Qué valiente eres, Alejandro, que seles a correr con este tiempo!". Yo me reí y le dije, ya casi en la otra punta de la pista y, evidentemente, casi a voces, algo así como que me gustaba correr. Luego, cuando volvía pasar por donde estaban ellos, se pusieron a correr conmigo. Es toda una pasada ir corriendo con ambos, ya que, aparte de ser dos aunténticos sabios del atletismo (Cabañas ha corrido triatlones y maratones con mi entrenador), son dos personas que andan como motos. El que iba con Bernardo me dijo que cómo corría, y Cabañas le dijo que llevaba desde principios de esta temporada (desde septiembre) corriendo con Teo. También me preguntaron cuánto tenía pensado correr. "20 ó 30 minutos, ¿no, Alejandro?" me dijo el amigo de Bernardo. Yo le dije que sí, sobre eso. Al final, 30 minutos. Dimos dos vueltas y ellos se marcharon a correr fuera de las pistas de atletismo. Di unas cuántas vueltas más y me marché a casa con mi padre y mi hermano, que aparecieron en la última vuelta. ¿La anécdota? Pues me sucedió cuando estaba con Bernardo y su compañero (¡tengo que preguntarle cómo se llama!). Pasamos por las gradas y me dicen "Ya entendemos por qué corres tu así, Alejandro. Ahí arriba hay unas chicas mirándote y ya tienes club de fans". Otra nos pasó justo en ese momento. Nos gritó uno de los chavales que estaban arriba: "¿No hace mucho calor para correr?" Y es que el compañero de Cabañas estaba con las mallas cortas y yo, con unas térmicas. Le contestamos, sin pararnos, que corriendo, el calor se quitaba rapidísimo.
Las sensaciones al principio fueron bastante malas. En el sprint final no pude acelerar todo lo que quería, no sé por qué, pero, aún así, llegué a más de 180 pulsaciones, que ya es algo.