-Recorrido: Zamora-El Cubo-Peñausende-La Tuda-Tardobispo-Zamora
-Km: 82,44
-Tiempo: 2h53'58"
-Vel. media: 28,43 km/h
-Vel. máxima: 55,00 km/h
-Puls. medias: 133
-Puls. máximas: 172
-Kcal: 1329
-Km 2013: 2187,04
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Recién llegado. |
El sábado salimos en bici de carretera Alberto, mi padre y yo, los tres habituales de las salidas convocadas en Bicizamora con las "flacas". Habíamos quedado a las 9:00, así que, como a esa hora estábamos solo nosotros, cogimos y nos fuimos hasta el Campus de Zamora, de donde sale a esa hora otro grupo de bici de carretera. Llegamos a tiempo, aún no se habían ido. Tras hablar un poco y ver que de su grupo tampoco iría nadie más, decidimos a arrancar en dirección a la carretera de Salamanca. Ellos iban a hacer una ruta larga, que pasaría por la provincia de Salamanca durante gran parte de la sesión. Haciendo cuentas durante la marcha, vimos que saldrían más de 100 kilómetros, y como un servidor aún no se ve dando pedales en esas batallas, decidimos que los acompañaríamos hasta El Cubo del Vino y allí nosotros tiraríamos por otro lado. Daba gusto ir rodando con ellos, el hecho de salir tantos juntos se nota mucho. Algunos se venían a hablar un poco conmigo y hablar sobre la bici y mi edad. Yo iba cerrando el grupo, porque me daba cierto respeto meterme delante. Hasta Valparaíso todo fue muy bien, rodando a un ritmo interesante. Un poco antes de llegar allí, Alberto y mi padre se pusieron delante y, ya en Valparaíso, empezaron a tensar. Yo, que ya he ido más por allí, me lo tomé con cierta calma. No sé si con demasiada o que ellos tensaron mucho, pero, al cabo de un rato, me pasó otro ciclista que venía con nosotros que se había quedado atrás hablando con otro ciclista conocido suyo. Entonces miré hacia delante, y vi que apenas los veía. "¿Pero y esto? ¿Cómo me he alejado tanto? Vaya paliza hasta que los coja me voy a meter a las piernas..." No me quedaba otra que meter plato y a por ellos. ¡Vaya paliza! ¡Subir por allí a 36 km/h en algún tramo! Menos mal que los alcancé, eso sí, cuando ya habían aflojado arriba y estaba mi padre mirando para atrás para verme. Ya en El Cubo nos despedimos de ellos. Seguimos rodando a un ritmo bueno. En Peñausende hacemos la parada obligatoria a comer algo y, de paso, aprovechar para recargar las botellas. Luego, como quien no quiere la cosa, nos fuimos picando poco a poco, para hacer los últimos kilómetros a un ritmo muy bueno. La cuesta de Pueblica la apalabramos para no subirla fuerte... Pues menos mal, porque, según el pulsómetro, allí cogí las pulsaciones máximas... Luego, con razón, Alberto decía que era buen sitio para soltarme...
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